Presentación de D. Gonzalo Rodríguez González-Aller

gonzalezaller

Almirante Director del Órgano de Historia y Cultura Naval

Madrid, diciembre de 2010

La firma del Convenio para crear la Cátedra de Historia Naval, la primera de España, entre la Armada y la Universidad de Murcia, supone un acontecimiento que no dudo en calificar de trascendental.

Hasta este momento la Historia Naval ha sido, con cierta frecuencia, la gran olvidada por la dificultad que implica el adentrarse en ella, debido a la necesidad de poseer unos conocimientos específicos para entender el hecho náutico, tan diferente al devenir de la vida sobre la tierra. Es cierto que se han escrito numerosos trabajos, muchos de ellos de gran mérito académico, pero también lo es que un grupo importante de estas obras se han planteado desde un plano muy general, lo que a menudo ha contribuido a desenfocar el análisis de algunos acontecimientos navales.

Si algo caracteriza la investigación sobre Historia y Patrimonio Naval es el amplio número de disciplinas que se deben conocer para acometer el análisis de las fuentes documentales. Ha sido precisamente la escasez de trabajos que abordan estas ciencias auxiliares de la Historia Marítima, la que ha privado a algunos historiadores de unos conocimientos básicos para realizar sus estudios.

Por lo expuesto, considero que la creación de una colección de obras sobre estas disciplinas, entendidas como herramientas de apoyo para los investigadores, es un empeño que hay que abordar con prioridad, y que la Cátedra es una herramienta idónea para ello.

Estoy convencido de que la estrecha colaboración entre ambas instituciones nos va a permitir disponer de unos cimientos sólidos, sobre los cuales se podrá realizar una revisión más certera de algunos de los acontecimientos de la Historia Naval. Al mismo tiempo, estamos seguros de que los objetivos de la Cátedra van a contribuir a desarrollar el nuevo sistema de enseñanza militar, en los ámbitos histórico, documental y patrimonial, permitiendo trasladar el conocimiento de nuestro devenir a la sociedad, tanto española como hispanoamericana, pues nuestra crónica común no se entiende sin la Mar. Todo ello proporcionará a España una sólida base para jugar un papel más destacado en los foros científicos internacionales.

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